José de Diego: defensor de la cultura y el idioma puertorriqueño
por Carmelo Delgado Cintrón
domingo, 16 de abril de 2023
José de Diego: defensor de la cultura y el idioma puertorriqueño
El licenciado José de Diego Martínez (Aguadilla, 16 de abril de 1866-16 de julio de 1918), llamado por nuestro pueblo “El caballero del Idioma”, cursa la primera enseñanza en Mayagüez y desde 1883 el Bachillerato en el Colegio Politécnico de Logroño en España. Se matricula en la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona en septiembre de 1885. (Ciriaco Pedroza Izarra, Análisis biográfico de la estancia de José de Diego en Logroño. Berceo, 1980, Núm. 99, p. 111). Interrumpe sus estudios por enfermedad y vuelve a Puerto Rico. José de Diego conoce a Carmen (Carmita) Echevarría Acevedo el 8 de diciembre de 1886. (Haydée Reichard, Cartas de amor de José de Diego a Carmita Echevarría, PReb, Internet). El joven De Diego, ilusionado, se traslada a Barcelona para seguir sus estudios de Derecho.
En la Universidad de Barcelona, 1887-1888, cursa dos años en la Facultad de Derecho. (Joaquín Freire, José de Diego. Fundador de la Unión Antillana en Cuba, RICP, 1966, p. 14). Los otros dos años los estudia en San Juan en la Facultad de Derecho de la Institución de Enseñanza Superior del Ateneo Puertorriqueño que mantenía un consorcio con la Universidad de la Habana. (Carmelo Delgado Cintrón, Las Escuelas de Derecho en Puerto Rico, 1790-1911, 41 Rev. Jur. UPR. 1971, 7,19). El último año, de los cinco que requiere la carrera de Derecho, lo termina en la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de la Habana, fundada el 5 de enero de 1728. (Elena Hernández Sadoica, La Universidad de La Habana, 1728-1898, Implantación cultural, estatus científico y nacionalismo bajo el dominio español, Historia de la educación: Revista universitaria, núm. 11, p. 77). Se matricula en el año académico de 1890-1891. Obtiene su grado académico, la licenciatura en Derecho, el 6 de febrero de 1891. Se inscribe en el Doctorado en Derecho que recibe en 1892. La Facultad de Derecho y la Universidad de La Habana donde estudió José de Diego estaba localizada en el viejo convento de Santo Domingo situado en la calle de O´Reilly y San Ignacio, en la ciudad de La Habana. (Luis, F. Le Roy y Gálvez, La Universidad de La Habana en el 250 aniversario de su fundación, Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. 1978. p. 24).
La Junta de Gobierno del Ilustre Colegio de Abogados de Puerto Rico acuerda el 17 de abril de 1896 la incorporación como abogado colegiado del licenciado José de Diego. (Carmelo Delgado Cintrón, Historia del Colegio de Abogados de Puerto Rico, ponencia ante el Senado de Puerto Rico, el 25 de agosto de 2009, p. 46, Internet). Hace su pasantía como abogado en el bufete del Lcdo. Rosendo Matienzo Cintrón en Mayagüez. De Diego se asocia profesionalmente en 1893 con el notario Lcdo. José Agustín de La Torre en Arecibo. Gana fama como abogado criminalista en los tribunales. En 1895 es designado Fiscal del Juzgado de Primera Instancia del Partido de Arecibo. Inaugurado el régimen de la constitución autonómica de Puerto Rico de 27 de noviembre de 1897, se designa en el primer gabinete autonómico por el Gobernador Manuel Macías Casado a don Luis Muñoz Rivera como Secretario de Gracia Justicia y Gobernación. El Dr. José de Diego se desempeña como Sub-Secretario. En el segundo gabinete autonómico, presidido por Luis Muñoz Rivera, el Lcdo. José de Diego es designado Sub-Secretario de la Presidencia.
El Gobernador Militar de Porto Rico, Gen. John F. Brooke, U.S.V designa en 26 de octubre de 1898 los miembros de la recién creada Corte Suprema de Justicia de Puerto Rico que se inaugura en 1899. Entre los jueces de ese tribunal supremo se nombra al Dr. José de Diego quien juramenta y toma posición. Luego renunció y es designado Juez Presidente del Tribunal de lo Criminal de Mayagüez. Unos años después De Diego ejercerá la abogacía y la notaria y desempeñará la presidencia de la Cámara de Delegados (1907-1917) y de la Cámara de Representantes (1917-1918). Es Presidente del Ateneo Puertorriqueño (1916-1918), destacándose como defensor de la lengua española el idioma natural y nacional de Puerto Rico.
El sepulcro de don José de Diego de mármoles en el viejo cementerio Santa María Magdalena de Pazzis, donde ondea única la bandera de la estrella solitaria, [oficialmente desde 1952 siempre la bandera de Puerto Rico y la de Estados Unidos tremolan juntas al mismo nivel]. El mausoleo tiene en bronce una atenta mujer simbolizando La Quimera y en la losa de la tapa, grabado está, ‘Ultimo Actio’.
Qué joven puertorriqueño de las anteriores generaciones, y esperamos esperanzados también, no ha leído las poesías dedieguista. Es interesante expresar que sobre el doctor José de Diego hay numerosas anécdotas, lances hazañas, gestas, cuentos e historias por su atractiva personalidad, inteligencia, altura de miras, e ingeniosidad en pergeñar grandes proyectos culturales y políticos. Desde muchacho en Aguadilla tuvo una vida interesante, aventurera, limpia, patriótica, y sacrificada. Recordemos su marcha a España, donde práctico el periodismo político y satírico, este combativo puertorriqueño: desde sus amores con la mítica Laura [doña Carmita Echeverría] de su inmortal poesía de amor, hasta sus numerosos proyectos culturales como la visita a Puerto Rico del ilustre poeta don José Santos Chocano; la muerte del poeta de Guayama, don Luis Palés Anés (1865-1913), padre del exquisito poeta don Luis Palés Matos, mientras recitaba su poema El Cementerio; hasta sus combates parlamentarios y periodísticos por la conservación de la lengua castellana en Puerto Rico; la presidencia del Ateneo Puertorriqueño [la docta Casa], que desempeñó con lustre; la creación de la Academia Antillana de la Lengua Española; la presidencia de la Cámara de Delegados de Puerto Rico, su elegante, culta y formidable oratoria, sus contradicciones; su legislación, y los mil combates y luchas periodísticas defendiendo el derecho inalienable de su patria a la libertad, la liberación, la independencia y soberanía, en concordia y solidaridad con todos los pueblos, especialmente, los antillanos y latinoamericanos. El Pueblo de Puerto Rico guarda especial afecto y cariño continuo por don José de Diego Martínez, llamado “El caballero de la raza” y también “El Caballero del idioma castellano”.
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