Mensaje

Actas de la Cámara de Delegados de Puerto Rico 1900 - 1903

Presidente de la Cámara de Representantes de Puerto Rico

Hon. José F. Aponte Hernández

Es para mi motivo del más profundo y sincero agradecimiento la oportunidad que nos ha brindado la Academia Puertorriqueña de Jurisprudencia y Legislación de dar reconocimiento a esta obra titulada “Cámara de Delegados de Puerto Rico Primera y Segunda Asamblea Legislativa 1900 – 1903”. Este gran legado a nuestra sociedad puertorriqueña y a la comunidad jurídica y legislativa en particular nos permitirá comprender de manera mucho más detallada un período tan importante en nuestra historia colectiva como pueblo, visto a través del prisma de los acontecimientos y retos que enfrentaron los miembros de la Cámara de Delegados que se estableció en el año 1900 en virtud de lo dispuesto por la Ley Orgánica Foraker del Congreso de los Estados Unidos de América.

Una incursión en las páginas de esta gran obra nos permite percatarnos de que, aún cuando han transcurrido más de ciento siete años desde el establecimiento de la Cámara de Delegados, al día de hoy todavía persisten varios de los mismos problemas y necesidades que tuvieron que atender esos verdaderos pioneros del quehacer legislativo de nuestra patria. Sin lugar a dudas, don Manuel F. Rossy y sus demás compañeros delegados tuvieron la valentía de ofrecer por el servicio público en un momento lleno de grandes expectativas y a su vez de mucha incertidumbre.

Al emprender una lectura inquisitiva de esta magna obra, debemos de tener muy presente el contexto histórico en el que se dan los sucesos aquí recopilados y, a su vez, también debemos aspirar a despojarnos lo más posible de nuestras posturas y presunciones ideológicas producto de las experiencias vividas en los más de cien años que han transcurrido desde entonces. Solamente así podremos apreciar y valorar lo trascendental de lo ocurrido un 3 de diciembre de 1900, momento en el cual nuestro pueblo estaba dando un paso histórico y significativo en su trayectoria democrática.

A partir de ese momento, esa Cámara de Delegados, la cual pasó a convertirse en la Cámara de Representantes de Puerto Rico, ha estado al servicio de todos los puertorriqueños. Desde ese entonces, grandes figuras han sentido el llamado a servirle a su pueblo desde sus respectivos escaños, tales como José Tous Soto, Miguel Ángel García Méndez, Ernesto Ramos Antonini, Leopoldo Figueroa y muchos otros. Al día de hoy, su ejemplo y legado aún está muy vivido en nuestro recinto capitolino.

Aquellos que tenemos la responsabilidad y privilegio de servirle a nuestro pueblo desde su Cámara de Representantes valoramos de la manera solemne el mandato que nos ha brindado el pueblo para trabajar arduamente en ese forjar de un mejor Puerto Rico y un mejor porvenir para las generaciones venideras. Sin embargo, el hecho de que estemos comprometidos en luchar por un futuro digno para nuestra patria no debe llevarnos a olvidar el valor y la utilidad que tiene el pasado para nosotros. Como representantes del pueblo debemos siempre propiciar esfuerzos tan importantes y loables como lo es esta gran obra de la Academia Puertorriqueña de Jurisprudencia y Legislación. De esta manera nos aseguramos en preservar un valioso patrimonio de todo el pueblo puertorriqueño.

Mediante esta obra todos los puertorriqueños podremos comprender mucho mejor un momento tan neurálgico y trascendental en nuestra historia colectiva como pueblo, al mismo tiempo que comprendemos aún mejor el desarrollo de nuestras instituciones legislativas y su compromiso férreo en servicio de todos en Puerto Rico.

Sinceramente,
José F. Aponte Hernández