Arte, palabra, universidad
14 de marzo de 2008
por Antonio García Padilla
Arte, palabra, universidad
En reconocimientos académicos a Marta Casals, Luis Rafael Sánchez y Samuel Silva Gotay, la Universidad de Puerto Rico celebró esta semana los frutos de la creación estética y los frutos de la gestión cultura. Festejo también, en su fecha fundacional, la investigación laboriosa en los archivos de la memoria que devela códigos sobre nuestro devenir social.

Marta Casals
La Universidad ha sido desde sus tiempos de origen espacio generoso para el arte. La creación y disfrute de lo bello se imbrican en la misión universitaria con los proyectos en investigación, capacitación y servicio. Qué mejor servicio que el ensanchamiento de la educación de los sentidos y de los sentimientos, que los avivamientos del espíritu cuando se enhebran en arte las palabras, cuando el inasible canto de la naturaleza se torna en íntimo objetivo de belleza.
En el viaje conmovedor de Puerto Rico por las espesuras y los claros del siglo 20, los puertorriqueños conquistamos el derecho de afirmar nuestras herencias pero también de renovar tradiciones y pergeñar países cosmopolitas para nuestra cultura. El entendimiento profundo de que no hay cultura local sin aliento universal y de que en la creación humana, no importa latitudes, resuenan las notas del propio, fue y continúa siendo hoy, lo que anima las geografías y las partituras de vida de Marta Casals.
En el amanecer de oportunidades del siglo 21, la Universidad saluda y distingue el talante admirable y la gestión cultural poderosa de Marta Casals, que se rubrica con su gestión al frente de principales instituciones de promoción y estudio de las artes, que se sella en sus respaldos al talento, en su magisterio del gusto y el estilo, internacionalmente reconocidos. Es también la Universidad recinto de las palabras. No cabe entender la Universidad sin la valoración y la defensa de la palabra en todas sus formas.

Luis Rafael Sánchez
Colorida y estridente o melancólica y memoriosa, la palabra fenomenal de Luis Rafael Sánchez invita a la libertad, al precio de lo diverso y al arrojo de la imaginación. Ilumina nuestro querido Guico la capacidad nominadora y crítica de la palabra. Con ella ubica claves, nunca agotadas, para comprender los adentro y los afuera de lo puertorriqueño, los afuera y adentro de la condición humana. Lo hace convencido de que en las incidencias de un embotellamiento de automóviles o en las letras de un bolero transitan sobre todo palabras, nuestra gloriosa capacidad de ser a través del lenguaje. Lo hace desde un particular goce de la lengua, liberada de solemnidad y mojigaterías, que lo mismo se autoriza en la generosidad del aula de enseñanza, en la ironía de sus novelas y obras teatrales que en los timbre recios de la lengua de opinión.
Durante una diligente carrera universitaria, Samuel Silva Gotay ha escrudiñado también acervos de los sentidos y de la palabra. En la mejor tradición de la literatura sociológica, el profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Sociales realiza un minucioso recorrido de los complejos procesos de afiliación religiosa y su impacto en los colectivos puertorriqueños y caribeños.

Samuel Silva Gotay
La cultura de investigación representa un cambio cualitativo que revela un modelo universitario basado, por la prioridad tradicional asignada a la capacitación pero también por limitaciones autoimpuestas, en la transmisión de saberes producidos en otras partes. Al superarse antiguos esquemas de dependencia, la investigación universitaria prueba la capacidad de nuestros docentes de generar y comunicar conocimiento cuyas fronteras son sólo las del mérito. En ese sentido, el trabajo de Samuel Silva Gotay, el que ha finalizado como que ya ocupa fechas en su calendario, es trabajo ejemplar y la Universidad así lo reconoce con su designación como Profesor Distinguido.
Junto a los saberes multiplicados por las tecnologías y el ingenio contemporáneos en las ciencias naturales, el cultivo de las humanidades y las disciplinas sociales constituya una de las grandes fortalezas de la Universidad. Que no quepa duda ninguna. La formación de nuestros estudiantes ha de estar siempre articulada a un sentido integral de calidad de vida, al aprecio de lo armónico y lo bello, al acicate de la investigación y de la crítica. Una formación en la que la creatividad estética y la creatividad investigativa se integran con holgura y sin suspicacias territoriales en los currículos y experiencias de aprendizaje y enseñanza.
Combinación extraordinaria que encarnan estos tres distinguidos puertorriqueños y que recuerda que la Universidad es proyecto sin muros, abierto a los apremios del saber, al aliento inspirador de las palabras, a las melodías de la cultura.